sábado, 20 de octubre de 2012


La primera reseña que les comparto  es del artículo de Marc  V. Howlett “El concepto de iniciación”. En Ornicar. Vol. 2.  Publicación periódica del Champ Freudien.
De acuerdo con Howlett, en las sociedades tribales existen los ritos de iniciación para los jóvenes adolescentes en su tránsito a la vida adulta. El rito de iniciación en estas sociedades simboliza la muerte de la infancia para dar resurrección al mundo adulto. Es el ingreso de los niños a la categoría de hombres. En este sentido el niño se desarraiga de la infancia y el ámbito familiar, renuncia a la vida infantil y se somete a la ley del padre. En algunos ritos de iniciación se adquieren responsabilidades y ciertos privilegios.
 Los ritos de pubertad tienen un carácter misógino, ya que pretenden ridiculizar el mundo materno del cual se busca desarraigar al niño. El oficiante se disfraza de mujer y se burla del ámbito al cual pertenece la madre, pues quedarse en el hogar materno representa un problema para el niño que no logrará desprenderse de la madre e ingresar al mundo adulto.
Por otra parte desarraigar al niño del mundo materno tiene como función la prohibición del incesto, en este sentido ser iniciado significa interiorizar la ley del padre y preservar la vida a través de esta ley.
Siguiendo la exposición del autor, otro aspecto característico del rito de iniciación en las sociedades tribales es el dolor que el oficiante infringe en el cuerpo del niño. El dolor simboliza la dureza de la vida y fortalece al chico, al mismo tiempo que lo prepara para la vida dura y el sufrimiento que enfrentará en el mundo adulto. De acuerdo con este principio el dolor y el sufrimiento fortalecen al hombre, y a menor sufrimiento menor aprecio por la vida. Si no hay dolor el sujeto se desestructura y la ley se pierde.
Por último, el autor concluye que los ritos de iniciación no son los mismos para el hombre que para la mujer, aunque no profundiza ni da datos de los ritos de iniciación para las niñas.
                                                                                                                            Karla Edna García Rocha

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